No hay un estilo de dibujo definido. Estos ofrecen los reflejos de cada persona, y todos somos diferentes, con experiencias que nos van formando y generando una determinada personalidad.
Pero lo que si podemos mencionar es la secuencia del dibujo. La figura humana debe tener un orden; contorno de cabeza, facciones del rostro, cuello, hombros, tronco, brazos, manos, extremidades inferiores y pies. Las modificaciones en la secuencia mencionada insinúan perturbaciones psicológicas u orgánicas que se deberán tener en cuenta, para un completo diagnóstico, con el resto del análisis y las otras temáticas.
Para un mayor conocimiento de lo que refleja este test, nos adentraremos, brevemente, a analizar algunas partes del dibujo que compone a la figura humana:
Cabeza: Refleja la concepción conciente que una persona tenga sobre si misma en cuanto a su personalidad. El cómo dibujarla, deja ver aspectos del funcionamiento mental y nivel intelectual de la persona, así como el control y expresión de relaciones sociales y de los impulsos corporales.
Ojos: Son un medio de comunicación que nos permite ver el afuera, y nuestra mirada permite ver el interior, por ello su dibujo proyecta la percepción de la realidad y el interior. Refleja la asimilación de información ambiental y comunicación social.
Hombros: Demuestran la fuerza interna de la persona; el poder hacer las cosas, el emprender, etc.
Tronco: Es el depositario de los estados emocionales y de los impulsos de la persona, ya que ahí conviven órganos vitales.
Brazos y Manos: Reflejan la adaptación social de la persona, como sus aspiraciones, su confianza y seguridad. Al ser órganos de extensión demuestran la necesidad o grado de dominio que la persona aspira sobre el exterior.
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